lunes, 1 de febrero de 2010

Línea corta, vida no tan corta

La línea de la Vida es aquella que arranca sobre el pulgar de nuestra mano, entre éste y el dedo índice, y desciende hacia la muñeca por la palma de la mano dividiéndola en dos áreas. Puede ser más larga y llegar hasta la muñeca o más corta y no llegar a dividir la palma.

Es la línea de la mano más conocida por todo el mundo, hecho que tendría que deberse a que no todo el mundo tiene, por ejemplo, una línea de Saturno, pero la de la Vida se encuentra siempre presente. Sin embargo, creo que es más reconocida porque se cuenta que puede pronosticar la edad de la muerte. Por ello, mucha gente teme que le lean esta línea creyendo que verán en ella, de forma irremediable, cuánto tiempo le queda de existencia en este mundo.
No obstante, esto no es del todo cierto. Esta línea sí señala el peligro de muerte -o más bien de épocas bajas o enfermedades- del individuo, pero no por su longitud. Existen casos de personas con una línea de la Vida corta que han durado muchos años, mientras que otros con una línea más larga han perecido pronto y viceversa. Sus características y signos reflejados en ella y en otros puntos de la palma de la mano, son los que indicarán, en todo caso, la peor etapa de la vida del dueño de esa mano.
Por tanto, no es verdad que una línea larga nos haga eternos, ni que una corta nos finiquite la existencia.