miércoles, 24 de marzo de 2010

¿Por qué siempre te fijas en la misma hora?

Hora 11:11
Es algo que mucha gente experimenta en alguna ocasión de su vida. ¿Te ha pasado alguna vez? Miras el reloj y, de nuevo, es la misma hora en la que siempre te fijas. O te despiertas a la misma hora todas las noches. O los números de tu reloj parecen volverse caprichosos y te muestran composiciones de dígitos iguales (como 11:11, 12:12) o capicúas (como 12:21). ¿Qué crees que puede significar? A continuación expongo las teorías de las causas más comunes.

El curioso: fijándose en los pequeños detalles
Cuando sucede algo tan caprichoso no siempre se trata de algo tan extraordinario como imaginamos, o de algo mágico. A veces la respuesta es sencilla y terrenal. Existe el tipo de persona que le busca las vueltas a la vida, que quiere conocer el porqué de cada asunto, que mira más allá del horizonte cuestionándoselo todo... Es fácil que a esa persona le ocurra constantemente. A veces también es típico de personas que necesitan tenerlo todo controlado. También podría ocurrirle a cualquier persona en algún momento de su vida. La cuestión en este caso es que la mente se centra en los números que nos parecen más caprichosos, recordándolos mejor que los que suelen pasar más desapercibidos, de manera que si la persona mira al reloj con un movimiento casi inconsciente y ve otra hora cualquiera, menos llamativa (por ejemplo, las 23:56) su mente no reacciona ante el estímulo de un modo especial e incluso puede que ni se dé cuenta de que ha mirado la hora, ni en qué momento lo hizo. Sin embargo, cuando la hora es, por ejemplo, las 3:33, su cerebro lo interpreta como "caso curioso" y, desde ese mismo momento, atrae su atención. Si al día siguiente su vista periférica o su mecanismo inconsciente vuelve a mirar el reloj, puede que no se fije en que son las 2:43 (aunque lo haya visto, y no lo recuerde), pero sí hay una mayor probabilidad de que se fije de nuevo en las 3:33.

Recordemos también que contamos con un "reloj" interno que es el que nos guía, por ejemplo, para decirnos cuándo debemos comer y dormir. Este reloj se puede programar y reprogramar. Por ello, en ocasiones, cuando nos hemos despertado a una misma hora cada noche, puede deberse a un ajuste de nuestro reloj a esa hora precisa.

El mensaje del subconsciente: el origen está en uno mismo
En este caso el subconsciente, ese ser que somos nosotros mismos pero del cual ignoramos su sabiduría y existencia, es el que nos avisa de que debemos fijarnos en la hora en ese preciso momento (por lo general, la mente ya ha visto la hora, aunque sea de forma periférica, pero el sujeto consciente no se ha fijado en ella). Es una orden que la persona interpreta como un acto voluntario de mirar la hora. Estos casos suelen darse por lo general cuando estamos pasando una etapa de búsqueda o de reflexión sobre nosotros mismos o sobre algún tema que nos preocupa. Para solucionarlo, ha de recurrirse a la relación de dichos números con algo en particular que nosotros conozcamos, pues la respuesta suele estar en nosotros mismos. En caso de no hallarlo, podría acudirse a la numerología para tratar de identificar el mensaje que la persona intenta darse a sí misma.

El mensaje externo: el origen se encuentra fuera
Definitivamente se trata del caso más milagroso. Sería igual que el caso anterior, sólo que el mensaje no procede de nuestro subconsciente (de nosotros mismos), sino de una fuente que ha activado algo dentro de nosotros para intentar darnos el mensaje. No entraré en detalle sobre la fuente, ya que el catálogo puede ser tan amplio como número de personas hay en el planeta (Dios, ángeles de la guarda, espíritus, inconsciente colectivo, telepatía...). Las soluciones pueden ser las mismas que en el caso anterior, ya que se debe a un mensaje que se ha dado (o ha llegado) a dicha persona (lo ha filtrado ella) y, supuestamente, es quien lo tiene que resolver o a quien tiene que ayudar.

¿Y qué hay de los casos en los que la persona se fija siempre en una hora corriente y nada llamativa (como, por ejemplo, 7:48)? En estos casos sucedería lo siguiente.

En cuanto al curioso, el origen sería muy probablemente que se haya dado la casualidad de haberse ido a fijar un par de veces en dicha hora. Con ello, podría comenzar a obsesionarse y para él se convertiría en otro miembro más de la lista de números especiales que perseguir.
Para el subconsciente y el factor externo no se diferenciaría de lo ya expuesto en ambos casos, pues se trataría de la elección de dichos números por alguna razón relacionada con el mensaje final.

En mi opinión, y basándome también en la experiencia, las tres teorías son válidas y se pueden dar alternativamente. ¿Y tú, te decantas más por una que por otra? ¿O tienes una teoría propia? Por cierto, ¿te has fijado en la hora que es? No sé si te dice algo...