lunes, 6 de diciembre de 2010

Yule: el comienzo de un nuevo amanecer

Yule
Con el solsticio de invierno llega Yule (mientras en el hemisferio opuesto entra Coamhain, una fiesta con su importancia)...


Los períodos de oscuridad siempre invitan a profundizar dentro de uno mismo. Cuando el Sol oculta su presencia por nubes, lluvias o nieblas, cuando la oscuridad acecha, es cuando todos buscamos un refugio que nos sirva de lugar de descanso hasta que la luz ilumine de nuevo los caminos. De ese modo, los hogares vuelven a recibir a los familiares con los brazos abiertos y comienza un período donde los sentimientos y pensamientos compiten en la vida familiar y hogareña.

Pero, entre tanta oscuridad, este tránsito es festejado porque el Sol, el astro de la luz, pone fin a la reducción de sus días y comienza a expandir los horarios en sus salidas diarias. Por tanto, es una época de ilusiones y deseos, de próximas novedades que son el preludio de un crecimiento, un renacimiento solar y vital.

Entre la celebración de Yule y las Navidades  existen varias semejanzas que van desde la decoración del hogar (como, por ejemplo, el acebo o el abeto) hasta las actividades organizadas (la entrega de regalos).

Ante las dificultades, recuerda con este tiempo que el Sol puede volver a brillar más para todos.